jueves, 4 de julio de 2013

Monstruos University. Así sí.



Llega a nuestras pantallas Monstruos University, doce años después del estreno de Monstruos S.A (Monsters Inc, 2001). Al tratarse de un clásico de Disney/Pixar, las expectativas ante esta nueva película son elevadas, aunque los espectadores, acostumbrados a segundas partes sin sentido y -en ocasiones- desastrosas, también acogen este nuevo estreno con cierta cautela.

El gran acierto de esta película se encuentra en que no se trata de una secuela, sino una precuela. Esto les permite presentar a estos dos personajes tan conocidos por el público como Mike y Sully, y mostrarlos con diferentes matices, como si aún estuvieran sin terminar, para guiarlos maravillosamente en el camino hacia la madurez.

La sinopsis de Monstruos University es muy sencilla nos muestra a un ilusionado Mike Wazowski llegando a la universidad para cumplir su sueño: convertirse en asustador. Sully, por otro lado, proviene de una famosa familia de asustadores y sabe, sin duda alguna, que es un asustador nato. Pero no todo sale como se imaginan y pronto encontrarán dificultades en el campus. Así se define el comienzo, pero la película es mucho más (y mejor).

El absoluto protagonista de esta precuela es Mike Wazowski. El espectador ve el mundo a través de sus ojos y asiste a una infancia de marginado e incomprendido. Así, somos testigos de cómo su deseo de ser asustador nace de un simple gesto de apoyo. Como consecuencia, desde el primer minuto estamos enganchados a él y nos ponemos de su lado automáticamente, deseando que pueda cumplir su sueño (¡como si no lo supiéramos ya!). Y ahí está lo crucial de esta cinta, que consigue que en algunos momentos nos olvidemos por completo de Monstruos S.A, lo que yo considero toda una hazaña.

Cuando James P. Sullivan (Sully) entra en escena es evidente que él y Mike no hacen buenas migas. Como seguimos viendo todo desde el punto de vista de Mike, Sully nos parece creído, niño de papá y gandul, lo que choca fuertemente con nuestra concepción de él, pues lo teníamos hasta ahora como un bonachón. Conforme la película avanza, se presentan complicaciones y, lo que nació como rivalidad, tiene que convertirse, a la fuerza, en compañerismo. Este es otro de los puntos que me encanta de esta película: Mike y Sully nunca hubieran sido amigos de no darse estas circunstancias exactas, de no haberse visto obligados a aprender a complementarse.

Mike, con su optimismo ciego, parece capaz de conseguir lo que se propone, pero ¿es realmente así? Con trabajo y esfuerzo, ¿se puede hacer todo realidad? Estas son algunas de las preguntas que se plantean y no puedo más que adorar lo que esta película muestra en respuesta. Sully, por otra parte, se siente muy presionado por su familia y se cuestiona sus capacidades, se pregunta si estará a la altura. Conforme pasan los minutos, notamos cómo se cimienta una relación que, ante todo, es creíble. Es otra película que muestra lo que Pixar sabe reflejar mejor que nadie: la amistad verdadera. 

La primera vez que la decana Hardscrabble aparece en pantalla no podemos más que temerla, pues parece una maldita cucaracha voladora. Su porte recto y sus evidentes signos de superioridad nos advierten desde el primer momento de que nos encontramos ante la villana de la cinta y, a mi parecer, uno de los puntos flojos de esta película. Una de las claves para dibujar bien la figura de un villano son sus motivaciones, y yo no llegué a entender por qué odiaba tanto esta señora a nuestros dos protagonistas. Se sostiene por una crueldad y una manía infantil que contrastan con su imagen seria y correcta en todo momento. Su resolución final me pareció aceptable pero contradictoria.

Como conclusión, esta película es una digna precuela de Monstruos S.A, que te mantiene entretenido y disfrutando de principio a fin. Las taquillas del final son un regalo que te deja una sonrisa bobalicona en el rostro.

-Lo mejor: Las Sustolimpiadas. Todas las pruebas me parecieron muy originales y la competición me mantuvo en tensión y me hizo sudar con Mike y Sully.

-Lo peor: Los integrantes de Oozma Kappa no son tan graciosos como se pretende. Hay momentos en los que consiguen hacerte reír, pero se nota que han sido creados para ser el punto cómico fuerte de la cinta y no logran serlo.

-Mención especial: La aparición de Randall. Así es como se crean los grandes villanos.





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